En un grupo de Facebook encontré esta interesante nota sobre Kohlmann y otros fotógrafos:
"HUELLAS DE LO REAL: LOS FOTÓGRAFOS Y SUS POSTALES
En las primeras décadas del siglo XX, antes de la invención de las redes sociales y del actual reino de la imagen omnipresente, las postales turísticas ocuparon un lugar central en la difusión de las bellezas regionales.
Por Hans Schulz y Federico Silin
En el breve texto “El territorio encantado” que antecede a la colección de imágenes –cuidadosamente seleccionadas– de su libro “Paisajes en las primeras postales fotográficas argentinas del siglo XX” (1), el antropólogo Carlos Masotta habla del “uso de la postal en la experiencia del turista” como “una especie de viaje por imágenes prediseñadas, ya imaginadas, ya vistas.” Y allí también se refiere a una época determinada en la historia del país, la década del 30, cuando “el mapa visual de la Argentina ya estaba trazado con sus “rasgos característicos” y divulgado tan profusamente que viajeros y turistas podían recurrir a él con facilidad, evocarlo como Roberto Arlt en “El país del viento. Viaje a la Patagonia (1934)”, o confirmarlo, como las postales que los turistas enviaban a casa como prueba irrefutable, “para que veas que no es cuento.” (…) “Así, para la década del 30’ – sigue escribiendo el autor– concluía lo que podía llamarse el “encantamiento del territorio argentino”: un proceso de descubrimiento, escenificación pictórica y diseño unificados del paisaje nacional donde la fotografía cumplió un papel fundamental como tecnología de registro, al tiempo que la modernización de las técnicas de impresión posibilitaban las masificación de esas imágenes.”
Y es precisamente en este contexto de las décadas del 30 y 40 del siglo XX en el que se ubica la extensa obra del fotógrafo Bruno R. Sálamon. Además de la belleza de sus registros y la obsesión meticulosa por clasificarlos, es en el cruce de los caminos entre las actividades del apasionado por el registro fotográfico y el de quien se ha dedicado a las más variadas ocupaciones turísticas en la región, en donde su obra cobra un valor particular.
Bruno Sálamon nació en Octubre de 1892 en Padua, Italia, hijo de un comerciante de Milano. En el año 1908 llegó a la Argentina. Entre los años 1924 y 1937 fue viajante de comercio y realizó innumerables viajes a lo largo de las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Neuquén, Río Negro y Chubut. Vivió en Buenos Aires y Bahía Blanca. En el año 1938 se casó con Doña Elisa Otegui y se estableció definitivamente en la localidad de San Martín de los Andes, provincia de Neuquén. Obtuvo premios por famosas fotografías en salones de Buenos Aires y Bahía Blanca. Realizó una importante colección de diapositivas color de inestimable valor artístico de la zona del Parque Nacional Lanín. Sus fotografías acompañaron cuanta publicación oficial o privada se emitió desde la zona. Sus postales cubren toda la Patagonia desde la Cordillera hasta el mar, contándose cerca de 5000 motivos diferentes publicados y debidamente catalogados. (2)
Pero Bruno Sálamon no es el único que en la vasta geografía patagónica se ha dedicado a registrar lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Walter Roil (3) en Rio Gallegos, Ernst Standhardt (4) en la región cordillerana del lago Viedma y Federico Kohlmann (5) en la provincia de Santa Cruz también contribuyeron, cada uno en lo suyo, en la construcción del interminable rompecabezas de la memoria visual patagónica. Fue ésta una actividad que no consistió solamente en el registro sistemático de los inconmensurables paisajes de la región, sino en el esmerado registro etnográfico de todas las actividades económicas, sociales y culturales de la gente que lo habitaba. El corpus documental que legaron a la posteridad es hoy una fuente invalorable para los investigadores de las más diversas disciplinas.
En aquellos años, las postales turísticas, el valioso subproducto de su labor fotográfica, ocupó un lugar central en la difusión de las bellezas regionales, mucho antes de la llegada definitiva de las redes sociales y del actual reino de la imagen omnipresente. Durante décadas fueron ellas las que develaron esos preciosos recortes visuales de aquello que nadie debía dejar de ver cuando visitaba un nuevo lugar: lo imprescindible.
En años anteriores a la creación de la clásica iconografía turística de los Parques Nacionales y sobre un espacio escasamente poblado y casi desconocido por la mayoría de los argentinos, fotógrafos como Bruno Sálamon y Federico Kohlmann dirigieron la lente de sus cámaras hacía lo que veían y consideraban trascendente, anticipándose así a su tiempo. Con el pasar de los años, sin pretensiones científicas y cada cual con su personal mirada estética, crearon juntos un único corpus de documentos visuales que retrataron la geografía de la Patagonia en maravillosos recortes de absoluta y original belleza.
Todos observaban y describían al mundo que los rodeaba y al hacerlo también dejaban registro de lo que pronto desaparecería. La mayoría de ellos, como es el caso de los fotógrafos que mencionamos, incluían en los motivos de sus registros no sólo aspectos naturales, sino también culturales, económicos y patrimoniales. Describían cuadros de situación y respetaban las armonías de una composición estudiada.
En la Patagonia profunda, y a pesar de grandes transformaciones, el ciclo de la lana perduró. En esta región de la Cordillera sin embargo el advenimiento irremediable del proyecto turístico de Parques Nacionales en la década del 30 del siglo XX marcó un punto de inflexión definitivo. Y es precisamente en esa década del siglo pasado que se constituye la mayor parte de la producción fotográfica de Bruno Sálamon. Intuyéndolo tal vez en su fuero íntimo, sus fotografías anticiparon lo que iba a desaparecer y lo que estaba por venir. No buscó, como es el caso de Godofredo Kaltschmidt, fotógrafo por excelencia de la “Suiza-Argentina”, reproducir en sus imágenes la tierra de sus abuelos. Viajó con los ojos abiertos y fue seducido por el encanto de la nueva tierra. Al igual que Kohlmann o Vallmitjana tuvo una predilección por la Patagonia en tiempos en que las comunicaciones y los viajes adquirían ribetes de absoluta aventura. Ninguno de los fotógrafos mencionados limitó sus registros a la región cordillerana. A todos los sedujo la extensión desolada de las mesetas y la estepa. Entre las fotografías de Bruno Sálamon existen colecciones enteras de postales de los más diversos lugares de las provincias de Neuquén, Rio Negro y Chubut. En muchas de sus fotografías, frente a galpones y casas o sobre algún puente, se puede ver su auto estacionado. Hubo casos en que llegaba a caballo a los lugares en que tomaba sus fotografías.
Al igual que Friedrich Kohlmann en el lejano sur, Bruno Sálamon fue uno de los primeros en producir postales comerciales. En el caso de este último fotógrafo, gracias a la generosidad de Horacio García Coni, pudimos acceder a las colecciones tal cual habían sido organizadas y catalogadas por él mismo. En un mundo inmerso en infinitas reproducciones y remixados sin una clara filiación, estos álbumes originales irradian la fascinación única de toda fuente primaria. Hojearlos es un ejercicio necesario para todo aquel que valore y quiera comprender seriamente con que documentos se construye la historia.
Notas:
(1) Fuente: “Paisajes en las primeras postales fotográficas argentinas del siglo XX” de Carlos Masotta – La Marca Editora / Buenos Aires, 2007.
(2) Fuente: “Semblanza de Bruno Sálamon” de Horacio García Coni (padre) – San Martin de los Andes, 1985.
(3) Walter Roil nació en Friburgo en el año 1904 y murió en Rio Gallegos en el año 1989. En 1926 obtiene un contrato para trabajar como fotógrafo en la provincia del Chubut. Abrió su estudio en Rio Gallegos, provincia de Santa Cruz, en el año 1934, dedicándose de allí en adelante a la fotografía de la vida cotidiana de la ciudad y la región. Conserva en su archivo todos los negativos desde el año 1934, por eso Foto Roil es considerado el principal archivo histórico en manos privadas de la provincia de Santa Cruz. (“Walter Roil, Cronista de la Patagonia” – Lariviere / Buenos Aires, 2009)
(4) Ernst Standhardt nació en Alemania en el año 1888. En la década del 20 llega a la Argentina y se establece en el Departamento de Lago Argentino del Territorio Nacional de Santa Cruz, donde comienza a ganarse la vida como fotógrafo ambulando en un Ford T al que adosó la caja que le sirvió de vivienda y laboratorio. Murió en el año 1968 en su casa del Río de las Vueltas en la provincia de Santa Cruz. (“Standhardt, fotógrafo itinerante” – Al Sur producciones / Buenos Aires, 2011)
(5) Friedrich Kohlmann nació en Viena, Austria, en el año 1893. En 1922 llegó a la Argentina. En ese momento tenía 29 años y ya era fotógrafo profesional. Entre 1922 y 1925 recorrió a lomo de mula, a caballo, por tren y barcos los territorios de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego retratando sus paisajes; habitantes criollos e indígenas y también la actividad ganadera y fauna silvestre. A modo de subsistencia, vendía él mismo las postales en los pueblos que visitaba. Este no era un gran negocio por aquella época aunque las tarjetas postales eran muy populares. Para proteger sus derechos autorales, Kohlmann confeccionó una serie de álbumes con distintas colecciones de postales nacionales y los registró con los debidos resguardos por el régimen del Depósito Legal, ingresando de esta manera a la Biblioteca Nacional."
FUENTE
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